el lugar es muy agradable pero eso no es suficiente, ya que la menta era un pedazo de hoja de cuaderno (no estoy inventando) con los platos marcados con la pluma y ni siquiera trae los precios, aparte se toman mucho para traer lo que usted orden, el caf es muy rico pero era muy dulce, para mí no molestarlo pero me puse a pensar en la gente que lo toma con poco o sin rotura es otra cosa. Las enchiladas que ped eran ricas pero eran fras, ya que no tienen mucho tiempo disponible como yo las como, las pipas con cecina que por cierto era muy bueno pero la porcina era muy pequeña. Al pedir la cuenta, se tomó tanto como se necesita para traer la comida. Además te dicen que hacen cuentas, pero la mamá nunca me atrapa. Definitivamente no vuelvo, parece prometedor.