Llevamos varios años yendo al Mardel y, pese a habernos hecho clientes (más por su convenio con el restaurante El Gaucho), hemos decidido ya no volver porque cada vez que vamos nos llevamos un fiasco por algo. Casi recién inaugurado (creo por 2011), probé un platillo que era hueva de pescado... fue la cosa más horrorosa, seca y salada del mundo. Otros platillos, como el pulpo a la parrilla y las empanadas de pescado, son excelentes, pero siempre algo sale mal.En esta ocasión, mi madre se pidió una torta de camarones y espinacas la cual, por alguna razón, le cayó mal al estómago. Yo pedí "la pesca del día", para comprobar conforme comía que el pescado no era fresco y que tenía la textura y el "sabor" de pescado viejo y congelado. Además, como era filete sol, vine a descubrir también que el huevo no era natural, sino en polvo con saborizantes (sin duda, para disfrazar la mala calidad del pescado). Por fortuna, no me hizo daño a la panza, pero estuvo cerca.La ubicación es buena, pero ni el servicio ni el precio de los platillos merece que sea tan caro. Hubo que esperar horas para que cobraran la cuenta y, por alguna razón, a los meseros les da por desaparecer de vez en cuando. En suma, no lo recomiendo para nada: caro y de dudosa calidad culinaria.