Este restaurante es toda una tradición en Ciudad del Carmen, ya que es el total ejemplo de trabajo y empuje de un emprendedor que, al perder su trabajo como pescador camaronero y después de probar sin mucho éxito ser proveedor de camarón, decidió con el apoyo de su familia, principalmente su esposa, montar un pequeño negocio de comida que fué creciendo gracias a la perseverancia del dueño y al excelente sabor que le imprimió su esposa. Ahora ya convertido en un negocio reconocido, es sin duda un lugar muy recomendable para visitar, aunque su punto debil es la poca variedad de platillos y principalmente de tipos de marisco que ofrecen, sin duda el sabor de los existentes vale la pena la visita.