El lugar me lo recomendaron en el hotel que me hospedé por ser petfriendly.Está frente a la catedral, la calle es muy transitada y hace un poco de calor.Tiene mesas al interior y en la banqueta (terraza).La comida tiene un sabor agradable, nada extravagante, el costo es aceptable si no estás viajando con limitaciones, de lo contrario sería recomendable buscar en otro sitio.Las porciones, al menos de lo que yo ordené, son grandes y estaba rico, no pude ordenar postre :)Nada más llegar con mi perrito el mesero, luego de ofrecernos la carta le llevó un platón con agua a mi perro y un premio y nuestras bebidas nos las sirvieron casi de inmediato luego de ordenarlas.El mesero atento y amable.