El restaurante tiene una pretensión, pero no lo logra. La pretensión es ofrecer un nivel de comida acorde con el museo (alto nivel), el menú es diferente atractivo, coherente con el museo y novedad. Sin embargo, desde la puesta pierde la coherencia, manteles, cuchillería, copas, cerámica, todo, nada mexicano y mucho menos con temática acorde con el museo, Puebla ostenta suficiente producción de todos esos elementos como para sustituir y convertir al restaurante en una extensión del museo, la misma tienda del museo tiene algunos producto y esto sin necesidad de convertir al restaurante en fonda (que no debe ser el propósito). El servicio, distante, lento y con mucho platillos no disponibles por que la cocina abre tarde, esto es inaceptable, ya que el restaurante solo abre al medio día, no había ni pato, ni pollo, por lo que los platillos con dichos ingredientes no estaban disponibles.